Naranjitas, cuidacoches y municipalidad un trio que se las trae

La radio, defensor de los automovilistas

En la transmisión de Radio Suquía, en el programa de Lalo Freire, se debatió -otra vez más- el grave tema de los naranjitas y cuidacoches de la ciudad de Córdoba por las barbaridades que algunos de estas personas quieren cobrar (desde 5000 pesos en adelante) y si no se les paga, se puede pasar a los golpes de puño o tener que llevar el auto al taller.

Casi un noventa por ciento de los oyentes concuerdan que deben ser erradicados en su totalidad y hasta ser prohibidos por ley como se ha hecho en otras latitudes. El 10 por ciento restante solo por empatía con alguna persona conocida los tolera. Es cierto que en muchos casos este es el único ingreso económico que tienen los cuidacoches.

Dar trabajo a costa de los conductores

Esta actividad está enfocada en mantener ocupada la clase baja, que supuestamente es la más peligrosa debido que convive diariamente en barrios populares. 

Sin embargo, no tiene ningún propósito productivo más allá de transferir dinero de los miembros de clase media los desempleados. En los últimos tiempos se han visto filmaciones de gente casi matándose a golpes por "defender sus zonas laborales".

Por otra parte naranjitas casi "legales" que tienen zonas concesionadas por la municipalidad cobrando el estacionamiento o la hora de parquímetro. ¿Pero es correcto esto?.

Automovilistas rehenes de un sistema violento

En consecuencia el dueño de un automóvil se convierte en un rehén en el centro de Córdoba de lo ilegal y lo legal, los naranjitas no autorizados que cobran lo que quieren durante las 24 del día, y la Municipalidad de Córdoba que con su ejercito de inspectores y automóviles con cámaras que transitan las calles a toda hora del día multando a los automovilistas por no pagar el estacionamiento medido que luego deberán pagarle al naranjita de turno. Esto último también es violencia.

En algunos casos los naranjitas cobran una tarifa semanal a los dueños de comercios u empleados que pueden pagarla y sino pueden están condenados a utilizar el transporte público, Uber o Taxis. En fin la problemática de los naranjitas excede a la municipalidad convirtiéndose por su peligrosidad en un debate de la justicia provincial no solo de prohibir o regular la actividad sino de sancionar a aquellos que la hacen por su cuenta amparándose en la violencia.

Un caso particular

En Nueva Córdoba un linyera que vivía en la calle (aunque después con el tiempo me entere que su casa estaba en José Ignacio Diaz) y consumía estupefacientes a la mañana al despertar salía a recorrer las calles caminando con un trapito en la mano y si enganchaba a algún desprevenido subiendo al auto se paraba al costado a cobrarle el estacionamiento y así recorría todas las calles hasta que llegaban los "dueños" de la calle que si eran duchos le amenazaban con pegarle.

Muchos vecinos concuerdan que se han ido a vivir a las sierras o barrios privados en parte por estar cansados de este tipo de personas en la ciudad.

 


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